domingo, 18 de agosto de 2013

Aromaterapia y aceites esenciales




La aromaterapia o el uso de sustancias aromáticas es algo que se ha venido usando históricamente tanto en el baño como en rituales religiosos, tanto en Europa como en Asia. Sin embargo, ha sido en el siglo XX cuando se ha empezado a desarrollar el uso terapéutico de los aceites esenciales.

La combinación de estos aceites esenciales junto a diversas técnicas de masaje ha dado lugar a la actual práctica. Esta es una disciplina relativamente joven, ya que empezó a desarrollarse por primera vez en Francia durante los años 20 del pasado siglo. Su descubrimiento se debe al químico cosmético René-Maurice Gattefossé.
Este químico cosmético descubrió de manera accidental la gran eficacia del aceite de lavanda para aliviar y curar heridas de poca importancia. A partir de aquí, los científicos comenzaron a estudiar las posibles aplicaciones terapéuticas de otros aceites esenciales.

Estas aplicaciones terapéuticas de los aceites esenciales se constituyen como los principales pilares de la aromaterapia. Los aceites esenciales son sustancias de una intensa fragancia que se encuentran en las flores, hojas, raíces, hierbas, pieles, semillas, resina y corteza de las plantas.
Estos aceites se producen a partir de cientos de sustancias químicas extraídas a través de un proceso de destilación que da lugar a un líquido pálido con una consistencia que se parece más a la del agua que a la del aceite, a pesar de lo que su nombre podría indicar.

Los aceites esenciales son sumamente volátiles y se evaporan con gran rapidez, es por eso que se introducen en recipientes precintados para su venta. La mayoría de estos aceites son caros, ya que contienen únicamente alrededor de un 1,5% de la materia prima utilizada para su elaboración.

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